Recita versos endebles
un moribundo juglar
recuerdos ya todos tenues
de una vida fatal.
Versa el viejo, con orgullo
que vivió siempre sin amar
que cuanto deseó, fue suyo
y nunca supo que es llorar.
Sabe cuanto fanfarronea
de ese, su alarde sin par,
por momentos balbucea
pues de angustia, lleno está.
Sabe que no dice verdades
que hubo algo especial
habla de nimiedades
de que el amor.. viene y se va.
Y de repente…..
Lanza un verso entrecortado
una rima tartamuda,
un falso verso improvisado
delante de aquella gente ruda
En la plaza todos contemplan
del viejo fanfarrón, su silencio
una lagrima amarga le brota
al recordar que fue un necio.
Quiere enjugar, imposible, el llanto
dominar, recitar el verso
tomar el control del acto
sentirse de nuevo inmenso.
Pero aunque su mente lucha
ahora, su alma llora
es su corazón que escucha
un recuerdo que ágil brota
Siente que quizá sea tarde
que es preferible callar
pues hay un recuerdo que arde
al menos diez años atrás.
Dominado fue por el miedo
del hombre cuando está
a punto de firmar el pliego
que le une por siempre jamas.
Huyó en la oscura noche
sin volver la vista atrás
pensó que el tiempo
lo cura todo… eso y más.
Pero pasaron los días
sin poderla olvidar
y corrieron los meses
sufriendo no querer amar
Y en su cobarde huida
tomo fuerza otra verdad
creyó cerrar su herida
y en su alma encontrar paz.
Pero los años han pasado
y quiere volver atrás
termina su ultimo verso
y empieza a caminar.
Camina de día y noche
dura montaña, ancho rió
Vasconia al trote
hielo, lluvia, viento y frió.
Llegado es a Dantxarinea
Son fiestas y el pueblo llano
baila en la plaza vieja
ahí la ve, nadie coge su mano.
Entre dantzaris la observa
asustado corazón, palpita
es ella ahora quien le mira
con la sonrisa que jamas olvida.
Se acerca, cohibido, avergonzado
es aún joven y bella
no sabe que aunque olvidado
al verle tiembla de pena.
Llegado a ella, de rodillas
coge fuerte sus manos…
parece que de todas las villas
se acercan otros villanos.
Los cuerpos tiemblan a una
humillado, levanta la mirada
tras ella, imponente la luna,
brillante testigo de su falta
De entre el murmullo se oye ¡Barkaiozu!
Ella le acaricia el cabello
El juglar rendido, hunde su alma
la mira, vacío y arrepentido.
Rendido la besa, le duele
se revuelve en su angustia
le ofrece ahora su vida … ella quiere
sollozan juntos, amor se anuncia
Los villanos arededor ríen y cantan
todos saben de aquella historia
de que los amores siempre moran
mientras navegan del corazón a la memoria